Sabemos que la actividad física implica salud y que tiene múltiples beneficios a nivel psicológico, social y cognitivo, entre otras cuestiones. Sin embargo, ¿que lugar tiene dicha actividad en la rutina de nuestros hijos e hijas? ¿Cumplen solamente con lo que les ofrece la escuela o realizan alguna actividad física extra? ¿Fomentamos y acompañamos este hábito desde el hogar?

Como siempre decimos, la mejor forma de lograr que nuestros hijos e hijas realicen estas actividades es predicar con el ejemplo. De vez en cuando también puede ser bueno compartir dicho espacio con ellos y ellas.

La actividad física que se les proponga puede ser una caminata familiar al aire libre, recorrer algún sendero, realizar un deporte colectivo en alguna asociación o club, participar en clases de algún estilo de danza o de artes marciales, salir a pasear al perro, usar la bicicleta o caminar en vez de recurrir al automovil o al transporte público, hacer un concurso de baile en el que participen todos los miembros de la familiaLas opciones son múltiples y no necesariamente requieren de dinero. A su vez muchas propuestas de Yoga y distintos tipos de gimnasia se encuentran a disposición en videos tutoriales de YouTube y los hay para personas de distintas edades.

Como siempre decimos, es más fácil que nos involucremos con una actividad cuando nos encontramos motivados a hacerla por razones que tienen valor para nosotros, eso nos ayudará a comprometernos y a realizarla con mayor pasión, alegría y entusiasmo. Experimentar dichas emociones al hacer una actividad permite que esta sea más sostenible en el tiempo, mucho más que si esta fuera realizada por obligación.

En ese sentido resulta beneficioso que los niños y niñas asocien la actividad física con algo que disfrutan hacer, ya sea compartir tiempo en familia y/o con amigos, pasear en la naturaleza, jugar en el parque con un balón, escuchar su música preferida y bailarla, superar una marca personal, etc. Padres y madres pueden usar estas variables a la hora de motivar a sus hijos e hijas a realizar actividades físicas extracurriculares. 

En tiempos donde la cultura y el ritmo de vida se vuelven cada vez más sedentarios, necesitamos más que nunca movilizar nuestros cuerpos y renovar la energía. Cultivar este hábito en niñas y niños desde edades tempranas es uno de los legados más saludables que les podemos dejar. ¡El momento para comenzar es YA!

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