Durante el embarazo, como bien sabemos, normalmente el feto succiona su dedo pulgar a partir del quinto mes y al nacer también suele hacerlo. Es por eso que se le llama un acto reflejo, que al principio le da al bebé seguridad pero a lo largo del tiempo se convierte en un hábito, que solemos reemplazar por un chupete. Aún así, a medida que el niño va creciendo la necesidad de chupar va desapareciendo sola, es por eso que no se recomienda retirar el chupete de forma drástica.

«¿Lo dejará el solo?»  Los niños que usan el chupete ocasionalmente, antes de ir a la cama, si está enfadado o aburrido… Normalmente, no les cuesta dejar atrás el chupete y lo suelen hacer solos. Si nuestro hijo está muy acostumbrado a usar el chupete varias veces al día sin ningún motivo en concreto, será más difícil. Pero siempre hay una solución para todo.

«Claves para dejar el chupete sin traumas» Para empezar, es importante que los padres no se obsesionen con el tema ni tengan prisa para que su hijo deje el chupete, sino éste lo notará y opondrá más resistencia. Tampoco es bueno tirar el chupete o dejar de dárselo de manera drástica, ya que el bebé se enfadará y echará de menos su chupete, con lo cual lo deseará más.

Con lo cual, podemos empezar a darle el chupete solo en ocasiones especiales, por ejemplo: si vamos de viaje un fin de semana le explicaremos que, igual que no vamos a dormir en casa, caso especial, tampoco vamos a dormir con chupete. O por ejemplo si se ha hecho daño o sólo para dormir, etc. Es esencial conseguir la colaboración del niño, hacerle sentir un niño mayor. Aún así, si no nos encontramos con situaciones «especiales», podemos concretar un sitio con el niño donde dejar el chupete y cogerlo solamente en situaciones determinadas, como las mencionadas anteriormente (hora de ir a dormir, por ejemplo).

Con otros niños, si no funciona la colaboración, o a pesar de ella, podemos negociar. Es decir, hablar sobre una posible fecha de abandono, como su cumpleaños, el día de reyes… O también contarle un cuento, parecido al del «Ratoncito Perez», en el que si él deja el chupete debajo la cama, por la mañana va a tener un regalo a cambio.

Cualquiera que sea el método que usemos, debemos siempre elogiar y darle efectos de amor a nuestro pequeño, siempre y cuando haga un buen paso o acceda con nosotros a dejar el chupete atrás. Con paciencia y tiempo, llegaremos al día en que el niño sólo desee el chupete para dormir, y cada vez lo necesite menos, hasta que un día se olvidará de él.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *