Como muchos sabemos, nuestra situación laboral no es la más justa y podría mejorarse mucho más. Con este artículo, expondremos distintas maneras para conseguir una conciliación real, que vele por los intereses de las madres y de los padres. Queremos dejar claro que la situación laboral es para todos injusta. No solamente las madres la sufrimos, también hay muchos padres que deben de luchar por su permiso de paternidad, mientras que a las mujeres se les concede ya que se ve como «norma general». La verdad es que también hay muchos padres que deben de sumar horas por allí y restarlas por allá para poder recibir ese permiso.

En general, los obstáculos que no nos permiten una buena conciliación suelen ser:

Como bien sabemos, nuestro día se resume en: trabajar, cuidar de la familia, cuidar del hogar, desconectar (ocio) y descansar. Y para poder realizarlo todo necesitamos replantear las jornadas laborales, reduciendo al máximo posible los tiempos de inactividad, los que no son productivos.

¿Cuales son estos momentos? Las largas pausas para comer, las reuniones mal organizadas, el largo trayecto hasta el puesto de trabajo, las jornadas partidas… La cultura del empresario termina determinando el comportamiento de sus trabajadores, con lo cual ¿No sería mejor trabajar 7 horas productivas que 8 menos productivas? Debemos darle más importancia a los resultados y no a la presencia. Deberíamos replantear las jornadas laborales, haciéndolas compactas y flexibles, sin olvidar que en algún momento toda la plantilla coincida.

Por otra parte, el hecho de querer ser madre, supone una limitación en la carrera profesional de cada una. Es por esto, que debería haber más diversidad de género en el mundo laboral. Según Fabián Mohedano, promotor de la iniciativa Reforma Horaria, “hay que incentivar, obligar incluso, que las mujeres asuman el liderazgo y máximas responsabilidades directivas en las organizaciones”. Por lo tanto, debería ser obligatorio la existencia de un «Plan de Igualdad» en las empresas.

Por otra parte, deberíamos implicar al hombre en el cuidado de sus hijos y de las tareas domésticas, ya que así desde el punto de vista empresarial/laboral seríamos conscientes de los derechos que los hombres tienen como padre o como hombre de familia. Así, evitaríamos esas penalizaciones por faltar al trabajo, o esos esfuerzos extra para poder recibir un permiso. Para corregirlo, la medida que se nos ocurre es que los permisos de paternidad y maternidad sean idénticos y remunerados los dos al 100%. Y también, se debería imponer como una obligación para las empresas conceder estos permisos. Por otra parte, implicar al padre en tareas domésticas y en el cuidado de sus hijos no solo es algo que debe cambiar desde el punto de vista empresarial, sino que es algo que debemos conseguir también a través de la educación, sobretodo en los colegios, y a nivel social, mostrando igualdad a través de todos los canales de comunicación.

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