A lo largo del tiempo, vemos como nuestros hijos crecen sin parar, de manera que de golpe un día nos damos cuenta de que el pequeño ya no cabe en la cuna, que duerme encogido, que va a llegar otro bebé que necesite esa cuna… Y nos empezamos a agobiar porque vemos que nuestro bebé ya no es tan bebé. Así que es hora de empezar el cambio de cuna a cama.
Lo ideal es empezar por el principio: Es recomendable que cuando nuestro hijo duerma en la cuna, le acompañen unos rulos con mantas a los lados, para que se sienta protegido y evitemos daños con la estructura. Después, hacia el año y medio podemos retirar una parte de la estructura, mejor quitar las barras de un lateral y no la de las de la cabeza o los pies, y entonces bajar la cuna lo máximo posible, hasta que roce el suelo. De esta manera le estamos dejando una cuna con 3 esquinas. A su vez le podemos retirar las mantas y poner una barra bajita y que no llegue de punta a punta, para evitar caídas y permitir al niño salir cuando se le pida. Y aunque nos asuste un poco la idea, el hecho de no tener las barras desde los 18 meses les da más libertad a nuestros hijos, y cuando pasen a una cama con una barra como la de antes, no notarán nada en especial sino que lo verán como lo habitual. Seguramente aún nos necesitarán para conciliar el sueño, pero ya es un paso más.
Según el método Montessori, es aconsejable que cuando pasemos a la cama, una vez solucionados los problemas en «la nueva cuna», ésta también sea bajita para evitar golpes en las caídas y darle al niño o niña autonomía a la hora de bajar o subir.
Todo ello se debe de hacer de forma gradual, para que el pequeño se adapte a los cambios y no los vea como algo negativo, y también para que sienta motivación a la hora de pasar a una cama y ver que va creciendo y se va haciendo autónomo. Aún así no va a ser tarea fácil enseñarle cuando puede o no bajar de la cuna, pero debemos de ser firmes y pacientes y pensar que cuando llegue a la cama ya lo tendrá aprendido.
Los niños pequeños son como esponjas, y se adaptan fácilmente a los cambios si el entorno de estos es bueno, constante y positivo.
¡Os animamos a seguir estos pasos y que compartáis con nosotros vuestra experiencia!